viernes, 6 de diciembre de 2013

RECUPERANDO LA CONFIANZA

 


Hace unos días leí a mi admirada Verónica del Carpio (@veronicadelcarp) hablarnos en su blog ("Rayas en el agua") de sus peripecias y opiniones sobre Twitter. Le seguimos muchos (unos 3000) y sin embargo ella "sólo" sigue a 75 y creo que tengo la respuesta a esa diferencia. Yo te voy a contestar por qué te sigo a ti.





PERDÍ LA CONFIANZA EN MÍ

En algún momento de mi vida perdí la confianza en mi misma. No sé exactamente cómo ni porqué pero creo que fue por 1998 cuando estudiaba Derecho en la Facultad de Zaragoza. Aulas masificadas con más de 200 alumnos en clases en pendiente donde un profesor (algunos geniales, otros no tanto) te contaba el tema del día según el programa, tú cogías apuntes como una loca y ring, ring, el timbre. A otra cosa, mariposa.

A mi alrededor, brillantes estudiantes con una capacidad sobrehumana para memorizar los larguísimos temarios que nos exigían pero que, si les preguntabas si habían oído las noticias esa misma mañana, no sabían de qué les hablabas.

Otros, con apellido ilustre, que ya estaban pensando en cómo decorar el despacho que amablemente su abuelo, padre, tio o primo les iba a ceder en su bufete.

Y luego, estudiantes como yo, que lo intentaban pero no llegaban, con aprobados justitos sin saber porqué, con esfuerzo, intentando comprender asignaturas que no teníamos ni idea de interpretar y relacionar con la realidad. Con verguenza para hablar con el profesor y preguntarle cualquier cosa.Lo veía lejano, lejanísimo. Sin pisar un despacho para resolver tal o cual duda. A trompicones, fui superando asignaturas.

Pero llegó un día en que estaba cansada, los estudiantes brillantes iban adelantándote, cual Fórmula 1, y tú con 90 cv. Y lo dejé todo. Me dí cuenta de que me daba pánico presentarme a los exámenes porque creía que no había estudiado lo suficiente (sé que no soy la única), y encontré en la cocina de un bar de bocadillos, la "tranquilidad" que me daba fregar, sí, fregar platos.

Pero la espinita seguía allí, iba a Congresos, Jornadas y demás, a escuchar hablar de Derecho. No podía evitarlo en el fondo deseaba formar parte de ese mundo.

Un día huí a Salamanca pensando en que las cosas cambiarían pero en el fondo sólo cambiaron en parte. Cuando tuve a mi hija decidí que tenía que sacar fuerzas de dónde fuera. Que tenía que luchar por mi sueño (ser abogada, aunque todavía dudo si ése es mi verdadero sueño). Acabé la carrera en la UNED aprobando mis dos últimas asignaturas con lo que para mí fueron unas notazas (8.50 y 9). Lloré como nunca cuando llamé al Departamento de Derecho Internacional Privado para consultar esas notas. Seguro que quien me cogió el teléfono no sabía lo feliz que me estaba haciendo en ese momento. Entonces estaba cursando el Titulo Propio de Derecho de Consumo en la Univesidad de Salamanca y todo empezó a tener sentido. Me picó el gusanillo y ahora voy como un cohete.

Por circunstancias de la vida (eso merece contarse en otro lugar, quizá con un café) regresé a Zaragoza hace 2 años y empecé mi plan de carrera, haciendo "trabajillos" de temas relacionados con Consumo.

ORGULLOSA DE COLEGIARME EN EL ICAM

Como muchos Licenciados, por miedo a cerrar una puerta, antes de que entrara en vigor la nueva ley de acceso, decidí colegiarme (como "no ejerciente") y elegí por muchísimas razones colegiarme en Madrid. Algo de lo que me siento realmente orgullosa. En mi mundo no se habla de juicios ni leyes. Sólo se ven las noticias y se opina desde las vivencias que se tienen.

Y LLEGÓ TWITTER

Twitter es para mí un boletín de noticias jurídicas, una ventana a un mundo al que poco a poco me voy acercando. Un lugar donde tener contacto con grandísimos profesionales, esos que un día admiraste y ahora te dan las gracias por seguirles. Un lugar donde se encuentran los maestros con los alumnos. Un lugar donde aprender. Hoy mismo he elegido a mis #FF a Eugenio Ribón (@consumidor_es) y a Verónica del Carpio (@veronicadelcarp) como mis GURÚS JURÍDICOS. Según la Real Academia de la Lengua, gurú es aquella persona a quien se considera maestro o guía espiritual, o a quien se le reconoce autoridad intelectual. Creo no necesita más explicación. De ellos aprendo cada día.

Pero, a la vez, entiendo que su mundo no es el mío. Con años de experiencia, con mucho trabajo, sobre todo ahora que los "malos" se las están viendo en los tribunales...¿para qué seguir a alguien como yo?

BUSCANDO MI SITIO

No sé dónde llegaré en la búsqueda de mi lugar pero sé que he encontrado el camino. Me han dado la oportunidad de colaborar con la OMIC de Zaragoza y con alguna Asociación de Consumidores y Usuarios y puedo decir que estoy recuperando la confianza. Y que sigo en la búsqueda de mi sueño, aun con 38 años, sin prisas pero con ilusión, disfrutando del momento y sin perder la sonrisa.

                                                             Pincha aquí para ver el vídeo.



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